ANSIOLÍTICOS.

La adicción a los tranquilizantes, benzodiacepinas y otros fármacos de prescripción médica se manifiesta en la incapacidad para controlar su consumo porque vive una situación de dependencia con posibles episodios de pérdida de control en su consumo porque no puede ajustarse a la pauta médica o porque no deja de consumir de una manera definitiva.

Esa pérdida de control puede manifestarse en la incapacidad para abandonar el consumo, necesitar tomar cada vez más medicación para conseguir los mismos efectos, o en seguir consumiendo pese a los efectos negativos que le pueda estar generando (como una situación de dependencia con angustia de plantearse un abandono de la medicación). Algunos síntomas pueden ser:

- Incapacidad para dejar de consumir.

- Crisis de ansiedad o angustia, frecuentes visitas al médico o urgencias.

- Dependencia de los fármacos, crean una situación de indefensión en la que la persona no es capaz de afrontar su día a día sin ellos.

- Aumentar la dosis, esconder su dependencia...

Pese a una pauta médica inicial, la persona adicta a las pastillas o los tranquilizantes termina tomándolas por motivos distintos a los originales. Puede desarrollar una dependencia en la que la persona necesita su consumo para poder afrontar el día a día, ha aprendido a manejarse emocionalmente a través de la medicación y recurre a ella en cualquier situación emocionalmente difícil o intensa... como querer huir de sensaciones como la ansiedad, el miedo, o enfado que le desborda.

Esta función contenedora de las pastillas da paso a efectos adversos sobre todo en el aspecto emocional en el que aumenta la sensación de miedo y ansiedad ante las situaciones difíciles de gestionar, la dependencia y la sensación de impotencia al no ser capaz de manejar su consumo.

TABACO:

La adicción al tabaco se manifiesta se manifiesta en la incapacidad para controlar o interrumpir su consumo porque vive una situación de dependencia con posibles episodios de pérdida de control en su consumo que puede ser en cantidades (fuma más de lo que le gustaría) o en seguir consumiendo pese a las consecuencias negativas que le genera el tabaco.

El consumo de tabaco, como cualquier adicción, comienza a volverse problemático cuando la persona pierde el control sobre su conducta. La persona con tabaquismo puede querer evitar la intensidad de sus sensaciones, ha aprendido a establecer una cortina de humo frente al mundo y pretende seguir difuminando su malestar y sus sentimientos negativos y por ello puede ser difícil interrumpir el consumo pese a los problemas de salud.

Esta función suavizadora, atenuante del tabaco, se mantiene durante mucho tiempo y da paso a una dependencia psicológica, además de la física. Al abandonar su consumo, todos los aspectos evitados volverán sobredimensionados, al quitar la anestesia todo se experimenta de una manera más intensa.

TRATAMIENTO ADICCIÓN A LAS DROGAS:

El tratamiento de la adicción a una droga, sea cual sea, se basa en una terapia holística en el que las prioridades son conseguir una abstinencia completa y desarrollar las capacidades para gestionar el día a día de una manera satisfactoria sin necesidad de recurrir al consumo. En definitiva recuperarse.

Un objetivo principal del tratamiento, como decía, es la abstinencia completa,

para lo que son necesarios una serie de pasos como aceptar su enfermedad, que no tiene control sobre su consumo y que no lo recuperará tras un periodo inicial de abstinencia.

Otro objetivo es el aprendizaje de una serie de herramientas para lograr la recuperación integral de la vida del adicto. Para ello en el tratamiento de la adicción a las drogas, entre otros aspectos, es importante encontrar el equilibrio, aprender reconocer las dificultades y a pedir ayuda si se necesita.

os excesos, saber confiar en los que le rodean...