Prevención y tratamiento de recaídas

Dentro del tratamiento de las adicciones hay que valorar de manera fundamental las recaídas y todo lo que tiene que ver con este proceso.

 

La recaída se define como “cualquier retorno al comportamiento adictivo o problemático al estilo de vida anterior, después de un período inicial de abstinencia y con un cambio en el estilo de vida”. Entendiendo que es un proceso y no un hecho aislado.

 

Lo primero es entender que puede ocurrir. Aunque en ocasiones da miedo admitir esto porque parece que así se facilita que ocurra, en realidad es todo lo contrario... Como es una realidad que existe al admitirla podemos prepararnos para afrontarla y eso consiste principalmente en dos procesos.

 

PREVENCIÓN DE RECAÍDAS

 

El primero obviamente es el de prevención de recaídas, todo modelo de tratamiento cuenta con un programa de prevención que incluye los siguientes elementos básicos:

 

- Identificación de situaciones de riesgo (pensamientos, situaciones, emociones)

- Detección de las señales de recaída (identificar si el proceso se ha iniciado para poder interrumpirlo)

- Programa de manejo de situaciones de riesgo

...

 

Elementos básicos a trabajar en cualquier proceso pero que en mi experiencia se quedan algo cortos y es necesario completarlos con un enfoque comprensivo de la enfermedad y su significado. En realidad un buen programa de prevención de recaída consiste en que:

 

- La persona comprende la enfermedad que tiene (conciencia de enfermedad, conocimiento del autoengaño y las manipulaciones más habituales),

- Es muy consciente de las consecuencias que le genera (contacto con el sufrimiento propio y ajeno causado durante su adicción)

- Es responsable de su enfermedad y su vida (reconoce fortalezas y debilidades, pide ayuda si la necesita...)

- Ha trabajado su vergüenza y comparte su enfermedad y recuperación con los que le rodean (si es capaz de reconocer lo que le pasa y hablarlo abiertamente puede pedir ayuda, reconocer y admitir un momento de vulnerabilidad...)

- La persona es consciente de lo que ha ganado en su recuperación, está agradecida por lo que tiene, lo disfruta y NO QUIERE PERDERLO... Este sin duda es el momento clave del proceso porque le pase lo que le pase la persona es la primera interesada en continuar con su camino...

 

El objetivo del tratamiento y del programa es el establecimiento de estas metas con la persona, si no ha realizado tratamiento en la consulta puede evaluarse el proceso realizado y trabajar de manera específica aquellos aspectos necesarios, para más información consulte aquí.

 

TRATAMIENTO DE RECAÍDA.

 

El segundo es un programa para poder afrontar la recaída si se ha producido. Una gran parte de los adictos recaen dentro de su proceso (muchos no pero si un número significativo pese a las estadísticas que se ofrecen...) por ello me parece importante ser honesto, consciente y sobre todo estar preparado por si ocurre.

 

Las recaídas en el proceso de recuperación suponen una crisis importante para la persona, puede decepcionarla, hundirla, llevarla a abandonar el proceso... E igualmente pasa con la familia pueden volver a la desconfianza, retirar el apoyo y culpabilizar a la persona que de por si ya se encuentra hundida.

 

Por ello es importante pedir ayuda de manera inmediata que la recaída sea un paso más en un proceso que continua, ("no son las veces que se cae sino las que uno se levanta") Es fundamental entender la recaída como una señal que nos habla, es obvio que algo falla si se produce una recaída por lo que hay que abordar y atenderla de manera inmediata.

 

Cómo abordarla. Primero es necesario admitirla, pedir ayuda y desde ahí se inicia el proceso. En este proceso el primer paso es retomar la abstinencia (una vez que ocurre un consumo es más probable que ocurra otro por lo que hay que priorizar la abstinencia y retomar un periodo de máxima cautela. Una vez estabilizado es necesario analizar en profundidad lo ocurrido, que aspectos o actitudes han llevado a esta recaída, que aspectos del tratamiento no han quedado bien asimilados, que parte de la enfermedad sigue operando en la persona, o que hay en su vida que le afecta y a lo que no ha logrado renunciar...

 

Así pues una vez evaluado y detectadas las dificultades es necesario tratarlas (como siempre en el formato que más convenga a la persona, terapia individual, grupal, familiar, de pareja...).

 

De esta manera la persona puede crecer en su proceso de recuperación y aprender a vivir.

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