DEPENDENCIAS EMOCIONALES.
Una de las manifestaciones más habituales pero menos conocida de una conducta adictiva es la adicción a relaciones, adicción a personas o codependencia. Cuialquier persona puede manifestar esta dificultad pero es bastante frecuente en familiares o parejas de personas adicta.
A continuación voy a detallar pequeñas diferencias entre distintos patrones de dependencias emocionales y una orientación de cómo se enfocan. Comparten una serie de rasgos como que tienden a responsabilizarse de los demás más que de sí mismos, muestran un gran temor al rechazo y mucha necesidad de aceptación y finalmente necesitan que sus seres queridos estén bien para ellos estar bien.
Es un patrón de dependencia de los demás para su bienestar emocional, y puede ser tan destructiva como una adicción ya que la persona pierde su identidad en el proceso, y termina buscando de manera insistente la aprobación externa, o controlar la conducta de los demás, para disminuir su malestar lo que termina convirtiéndose en una espiral de insatisfacción. Para interrumpir esa espiral la persona necesita recuperar la autonomía, la autoestima y el gobierno de su vida, para lo que es necesario en muchas ocasiones ponerse en tratamiento.
En el supuesto de que la dependencia emocional no incluya a un familiar adicto entonces el enfoque irá dirigido a al tratamiento de la dependencia emocional, que incluye terapia para una mejora del amor propio y del respeto personal, para lo que es necesario reestructurar la visión que la persona tiene de si misma, junto con su autoexigencia y perfeccionismo, comenzar a recuperar el poder personal y a poder establecer límites a todo aquello que dañe su vida.
La otra línea de abordaje en estas situaciones es la del establecimiento de límites, ya que muchas veces la persona está inmersa en relaciones destructivas o en relaciones que tienen en consideración sus necesidades, es decir, se encuentran anuladas y dañadas en la relación ante lo que hay que intervenir no permitiendo más contacto dañinos para la persona.
En una relación de dependencia emocional con una pareja o familiar adicto, el patrón de comportamiento y emocional por parte de la persona codependiente es el mismo pero su situación invita a tener en cuenta una serie de aspectos para alcanzar un bienestar personal.
Lo principal es un tratamiento orientado a la dependencia emocional en la persona, como comentaba anteriormente y que puede constituirse tanto en terapia individual como grupal dependiendo de la opción más beneficiosa. Además necesariamente ha de tener en cuenta dos opciones.
- La primera si el familiar o pareja adicto no acepta tratamiento entonces el enfoque de la ayuda es de autocuidado, aprender a poner límites y saber independizarse porque si el adicto no reconoce su problema sólo puede arrastrarle en la caída.
- La segunda es si el adicto reconoce el problema y está en tratamiento, entonces además de el enfoque para la dependencia emocional, en ocasiones es conveniente trabajar en terapia todo lo dañado durante la adicción para poder continuar con la relación de una manera sana. El objetivo es que la recuperación sea un proceso global, que las personas adictas y dependientes sigan su proceso de recuperación individual pero también puedan abordar el cambio de manera conjunta. Este paso de sanar y reforzar la relación puede realizarse a través de:
Terapias familiares que abarcan 2 o más miembros (padres con hijo, relaciones de hermanos...) muy enfocadas a retomar la comunicación, poder abordar lo sucedido, daños, resentimientos para poder ser honestos y directos fortaleciendo su vínculo.
Terapia de pareja, enfocadas a sanar relaciones de pareja, retomar comunicaciones dañadas, identificar y sanar aquellos aspectos de la pareja que puedan ser disfuncionales y poder seguir adelante.
TERAPIA CODEPENDENCIA O DEPENDENCIA EMOCIONAL.
El objetivo del tratamiento de la dependencia emocional no es que la relación sea perfecta o muy satisfactoria (aunque en muchas ocasiones es una consecuencia positiva del proceso) sino que pretende que la persona sea capaz de gestionarse independientemente, que sea autónoma emocionalmente y responsable de su vida, todo ello pudiendo compartir su vida pero sin "entregarsela" a nadie.
En ocasiones, para iniciar tratamiento se necesita distanciar la relación autodestructiva para que la persona pueda iniciar un proceso personal de sanación y crecimiento. En ese proceso una parte esencial es saber relacionarse y compartir su vida con los demás. Por eso el tratamiento pretende que la persona puede alcanzar las capacidades necesarias para ser una persona completa con relación o sin ella.
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